domingo, 21 de septiembre de 2008

Adiós


Un grande que se va. Eso es y siempre lo será Rick Wright, para mí. Un tecladista que logró hacer cosas extraordinarias y hermosas con un órgano, un piano y un sintetizador.

Fue un músico que me hizo sentir muchos sentimientos a la misma vez y emocionar en un alto nivel. Creo que una de las cosas que más hay que destacar de Pink Floyd son aquellas que hacía este hombre, esas hermosas composiciones plagadas de originalidad y emoción, que penetraban sin filtro alguno en los oídos de los seguidores de Floyd.

Frente a esta lamentable ida, mi único deseo es que la gente no lo olvide. También pido que sigan gozando con canciones como Summer '68, Alan's psychedelic breakfast, Green is the colour o Any colour you like, entre otras, en las cuales su intervención, para mi gusto, se destaca enormemente, logrando sacar de lo psicodélico y lo sinfónico sonidos únicos.

Simplemente le doy las gracias a Rick Wright y a Pink Floyd por lograr que una de las cosas que más disfruto en mi vida sea acostrame en mi cama, olvidarme de todo y cerrar los ojos mientras escucho Atom Heart Mother de fondo.


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