martes, 18 de noviembre de 2008

Una lección de psicoanálisis hecha ópera


Una escena del film "Casi famosos" hace referencia al álbum del que voy a hablar a continuación. En dicha secuencia, una chica de 18 años le regala a su hermano de 11 todos los discos que tenía; el primero que abre el chico pone en la tapa The Who y más abajo Tommy. Una nota de la hermana se encontraba adentro y decía "Escuchá Tommy con una vela encendida y vas a ver tu futuro". Personalmente, he escuchado ese disco decenas de veces y no logré ver mi futuro, pero no pude evitar, ni una vez, mirar dentro de mí, en lo más profundo de mi subconsciente, de mis sueños, mis delirios y mi imaginación; como si hubiera estado forzado a zambullirme a esa pileta llena de locuras.
En una época en la que la reputación de The Who venía en picada, sólo un milagro podía llevarlos nuevamente a la cima, un milagro que les otorgara la inspiración para componer algo nuevo, algo que jamás se haya visto en la historia del Rock, un milagro lo suficientemente fuerte como para devolverle la vista a un ciego. Quisieron las circunstancias que un glorioso día de 1969 Pete Townshend encontrara la iluminación que necesitaba y comenzara a escribir lo que se convertiría en 25 canciones unidas por un tema, una historia y un personaje. El resultado fue una ópera de Rock, original e innovadora en todo sentido. Las nuevas canciones con melodías tan bien cohesionadas con las letras, sumado al apoyo de numerosos titanes de la música, logró el impulso necesitado para devolver a The Who su lugar entre las bandas de gran calibre.
Todo muy lindo pero ¿Quién es Tommy? He aquí nuestro héroe: Tommy Walker, un niño nacido alrededor de 1917, en plena Guerra Mundial, sin llegar a conocer a su padre, un piloto de guerra desaparecido antes de la finalización del conflicto armado. Criado por su amada madre y su nuevo acompañante, presencia el regreso del capitán Walker en el año 1921. La historia original sugiere que el padre de Tommy asesina al amante de su mujer, mientras que la adaptación cinematografica muestra que es el amante quien, en defensa propia, mata al capitán Walker. De cualquier manera, la sorpresa del pequeño Tommy es tal que sus padres le ordenan que "no viste nada, no oíste nada y no le dirás nunca nada a nadie". Como resultado, el obediente niño queda ciego, sordo y mudo.
Tommy relata la vida de este muchacho, que no responde a nada ni a nadie más que a su propio reflejo, y sus viajes por su propio inconsciente mientras se encuentra alejado del mundo. Los esfuerzos vanos de sus padres por hacerle recuperar sus sentidos sólo intensifican su introspección, hay una constante lucha entre su subconsciente y sus seres queridos por tratar de poseer a Tommy. Su alienamiento del mundo se hace cada vez más profundo en la medida en la que el personaje se hace mundialmente reconocido por sus increíbles habilidades en el pinball, ganando fanáticos y transformándose involuntariamente su imágen en la de un ídolo, un mesías.
A pesar de no tener una narración propiamente dicha, las melodías y las letras le permiten al oyente seguir la historia con coherencia y sin dificultades; por ejemplo, sin que sea dicho explícitamente, uno comprende al escuchar 1921, por los puentes y coros que ascienden en intensidad y los cambios bruscos en la letra y el ritmo, que el pequeño Tommy contempló un asesinato que va a ser el diparador de todos los acontecimientos de su vida.
La sensación de clímax provocada por temas como Smash the mirror, I´m free y We´re not gonna take it, así como los tonos armónicos de Sally Simpson, Eyesight to the Blind, Christmas y Acid Queen apartan la sensación de estar escuchando canciones sueltas y provoca la idea de estar presenciando una historia verdadera y auténtica con una composición sólida, con principio, medio y fin. La letra "see me, feel me, touch me, heal me", intercalada en muchas de las canciones, otrorga una unidad en la trama y entre los distintos ritmos y mantiene la atención en el tema principal: la lucha de Tommy por regresar a su mundo que lo ha obligado a alienarse o continuar su viaje asombroso por su subconsciente.
En mi opinión, tanto el álbum como la película requieren de concentración y un poco de conocimiento para ser apreciados en su totalidad, no se puede asimilar por completo la riqueza de Tommy escuchándose una sóla vez o escuchando temas sueltos en cualquier órden. Con lo cual, me atrevo a decir que no lo recomendaría a nadie que no sea amante de The Who o de ese estilo de música; sin embargo, me parece un muy buen primer paso para todo aquél que quiera introducirse en este excelente grupo y nunca haya tenido la oportunidad, porque tanto este como muchos otros de sus trabajos muestran un gran amor por su arte y un esfuerzo por plasmar toda su intensidad y pasión en sus notas, tratando de llegar a la perfección en su obra.
Tommy es apta para los que estén dispuestos a embarcarse a un viaje profundo e interno y encontrarse con sus delirios e imaginaciónes más ocultas, sólo por medio de la música.

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